DIARIO DE UNA ALCACHOFA: Sin trampa ni cartón
Amelie:
lunes, 25 de junio de 2012
domingo, 24 de junio de 2012
¿Acabar de qué sirve? NO LO SÉ...
domingo, 4 de septiembre de 2011
UNA Y OTRA = DOS
sábado, 3 de septiembre de 2011
RETALES
Torceduras del destino, evidencias, sal y pimienta. Pompas de jabón que explotan al compás de los pasos de la niña que corre tras ellas y ríe a carcajadas.
Un mapa del tesoro escondido bajo un trozo de baldosa, navegando en un velero, tragando agua y aspirando el frescor del aire. Ralladura de limón para dar un toque de acidez al mundo.
Contando monedas, batiendo el helado de mandarina y nata.
Cosas dulces,cajones llenos de propósitos, escalones altos que sueñan con ser pequeños porque no quieren hacer cosquillas al cielo. No sabemos que está pasando, movimientos leves de cabeza, vamos a no pensar en nada, he perdido los zapatos, no encuentro serrín para llenar los huecos vacíos del cerebro. Estrofas y pedazos de papel esparcidos por la habitación, miradas, suspiros, viajes al presente y al pasado, sin hablar en siete vidas, inquietud, guardarropa, abrazos, zumbidos, derribada y aplastada, interiores externos y exteriores internos, incoherencias y milagros. ACLARANDO EL PANORAMA
Historias de princesas
Siempre le contaban historias de princesas que se rinden al guaperas del príncipe azul pero nunca creyó en ellas, prefería jugar con su muñeca de trapo e imaginar infinidad de aventuras emocionantes. Algo le decía que eso en verdad no existía y que si existiese la ínfima posibilidad no sería ella la que acariciaría el cielo sucumbida ante ese perfecto mortal idealizado.
Seguían empeñándose en hacerle creer que de algún modo u otro, tarde o temprano unas mariposas revolotearían en su estómago, mas ella lo tomaba como una falacia más de tantas otras.
Con el tiempo su muñeca se convirtió en harapos de colores. Intentaron cambiársela por una de esas con cara de porcelana, tan perfectas y delicadas, una Barbie, una Nancy o una de esas princesas en las que no creía pero no podía hacerlo, no estaban a la altura, eran como todas las demás, no tenían nada especial. Ella ansiaba volver a tener a su pequeña Trapitos bajo sus brazos, necesitaba sus abrazos. Sabía que una sustituta no significaría lo mismo, jamás ninguna otra podría transmitirle todos esos sentimientos y emociones. Echaba tanto de menos a su compañera de juegos.
Ahora piensa que algo de razón si había en eso de que las princesas existen, cualquiera que lo desee puede serlo solo hay que creer en ello. Ella tuvo la mejor princesa de todas su muñeca de trapo, a pesar de no ser ni la más guapa, ni tener dotes refinadas, era auténtica, era la protagonista de las fantasías de una niña.
En cuanto a eso de las mariposas… no hace mucho tiempo comprobó que, aunque nunca había confiado en ello, llegaba un momento en el que la vista se nublaba, no lo podía detener por más que lo intentaba, no era uno de esos guaperas, pero para ella era un verdadero príncipe azul.
Su historia, la que había soñado con Trapitos, comenzó a hacerse realidad y una sonrisa se dibujo en su cara pensando que al fin las cosas era como tenían que ser ahora la princesa era ella y no era la más perfecta.
Aún, a día de hoy, esos harapos que tiempo atrás la habían divertido tanto , siguen guardados en un cajón. Ahora quizás sea el momento de deshacerse de ellos, ahora que el sueño ya está cumplido, ahora que Ella y Trapitos lo han vivido.
martes, 12 de julio de 2011
Placeres helados de chocolate encapuchados
Un paladar de sabores ocultos,
Jugando a ciegas con la báscula de los sentidos
calibrando los porqués,
Todo parece la vida al revés.
A veces, es incesante la manía por cambiar
sólo queda lo efímero.
Algo que palpita sin señal,
como si un relámpago le hubiese dado cuerda
recuerda que aquel sitio azul que viste no es más que agua en la inmensidad.
Todos vivimos en el cielo, pero algunos levantamos los ojos hacia las estrellas, diría Wilde.
¿Mafalda, y si en vez de planear tanto, voláramos un poco más alto?